Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero te dirijo a un lugar mejor, a una fe inquebrantable, a una voluntad firme para que cumplas tu propósito.
No temas delante de ellos, los gigantes nunca dejarán de hacer presencia en nuestras vidas. Ellos forman parte de nuestras más grandes victorias en Dios.
Una fe avivada por obras debe hablar con amor y respeto; debe dar con manos abiertas; debe vestir al desnudo, dar a comer al hambriento, dar agua al sediento.
Seamos madres de destinos, de las que saben preparar el mejor escenario para sus hijos, para impulsarlos y llevarlos al cumplimiento del plan de Dios en ellos
Los hogares de hoy están clamando por una madre que arrebata. Tiene que haber alguien con sensibilidad espiritual para poder arrebatar y ganar la batalla.
Si tú eres madre, ¡eres una valiente! No es un reto fácil, pero Dios te ayuda. Cada mujer debe aceptar con valentía el reto de ser madre.
Necesitamos ser transformadas para poder transformar atmósferas. Una madre transformadora de atmósfera se caracteriza porque ora, escoge lo mejor y sirve a Dios
Nunca se podrá poner en duda el poder de una madre que ora. No hay oración más poderosa, que tenga tanto valor en el cielo para intervenir aquí en la tierra.
