Todos los desafíos que enfrentamos en nuestra vida tienen beneficios. Detrás de cada desafío está la mano de Dios para enseñarnos a confiar en Sus promesas.
El eco de nuestra generosidad reflejará en nuestras vidas qué tanto estamos siendo instrumentos de bendición en manos de Dios para con otros.
Cuando la iglesia se encuentra en un estado de adormecimiento, Dios trae un despertar de la iglesia, un avivamiento para restaurarla y llenarla de propósito.
Soltemos el pasado y corramos a Jesús, Él nos perdona, sana y restaura nuestro corazón para cumplir el propósito de Dios.
Él es el cordero perfecto, abogado y defensor lleno de gracia, que nos da acceso y califica para tener vida eterna.
Cuando tienes a Jesús, lo tienes todo, porque solo Él te puede dar esa paz que sobrepasa todo entendimiento; te sientes completo y se renueva tu fe.
Dios utiliza su Iglesia para la guerra espiritual, Él nos prepara para hacer frente a las tinieblas en el nombre de Jesús.
Dios está interesado en restaurar hogares y transformar relaciones para tener familias diferentes que provoquen una sociedad de honra a Dios.
Los pensamientos son un factor que influyen en la creación de situaciones que afectan nuestra vida en los próximos días o el resto de ella…
¿Hay en tu interior contiendas, discordias, enemistades, conflictos y guerras? Sabemos que estas cosas no representan la voluntad de Dios».
Lo hacemos como una acción de honra que determina nuestra bendición integral y rompe toda maldición del pasado y presente.
Los grandes crecimiento vienen después del desierto. Jesús pasó 40 días en el desierto, ahí se conectó con el Señor y floreció.
Cuando esa cultura del cielo es visible, las personas te verán y buscarán ser como tú, porque tu vida es de testimonio y bendición para ellos.
