Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida. Él es la Luz de los hombres. Todo aquel que se acerca a Jesús, será iluminado por su Amor y su Gracia.
Nuestra vida tiene por delante, capítulos por ser escritos, nuevas oportunidades para hacerlo mejor, pero nunca olvidemos que es por su infinita misericordia
Nuestro incienso agradable es anhelado por el Padre, mucho más de lo que nosotros le anhelamos a Él. Nuestro Padre siempre nos espera en el lugar íntimo.
¡Una iglesia que alaba a Dios en el espíritu es una iglesia que pone de rodillas a sus adversarios! El poder de la alabanza es la clave de nuestra victoria.
Satanás quiere dañar a nuestras familias y quiere convertirlas en familias encorvadas. Él siempre buscará atarnos. Pero Jesús es nuestro libertador.
¡Cada paso que damos en la fe nos acerca más a Dios y nos fortalece! En cada reunión “Mis primeros pasos” crecemos en Cristo.
Las batallas que Dios permite en nuestras vidas, es para formarnos hasta que digamos: Y yo me levanté…como guerrera
¡Dios quiere hombres y mujeres ungidos! Pero es importante saber que la unción sin carácter tarde o temprano te matará.
Siempre habrán señales de madurez espiritual en los cristianos. Como seguidores de Jesús, debemos caminar en pos de él para que día a día crezcamos a sus pies.
Ha llegado el momento en nuestras vidas de levantarnos, al punto que lleguemos a decir: Y yo me levanté…como intercesora y Dios me dio la victoria.
¡Tiene que resucitar la pasión por Dios en la vida de la iglesia! El poder de una iglesia que ora debe ser una realidad en nuestros tiempos.
Los principios financieros no son una fórmula mágica para prosperar, son claves que ayudan a desarrollar una relación correcta con Dios y con las finanzas.
Nuestro anhelo como padres debe ser querer ser mejores cada día y así poder ejercer una paternidad afectiva y responsable
