«Cerca de Belén había unos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando sus ovejas. De pronto se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor brilló alrededor de ellos; y tuvieron mucho miedo. Pero el ángel les dijo: No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos: Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor».
Lucas 2:8-11 | Dios Habla Hoy
El nacimiento de Jesús marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. Muchos esperaban al Libertador como un hombre fuerte, con un ejército poderoso, llegando de una manera sobrenatural.
Sin embargo, nuestro Salvador llegó al mundo en una humilde cuna y vivió todo el proceso de niñez, adolescencia y juventud hasta convertirse en hombre. Jesús, al despojarse de sí mismo, fue un ejemplo de amor, sumisión y obediencia.
Como sus discípulos, debemos aprender de su ejemplo para caminar hacia nuestros propósitos; vivir sumisos cada proceso, renunciar a nuestra vana manera de vivir y ser ejemplo de su amor y obediencia.
Permite hoy que Dios transforme tu vida y tu corazón, niégate a ti mismo para que Él crezca en tu vida. No importa dónde naciste ni lo que estás viviendo en este tiempo, lo que importa es el propósito de Dios en ti.
Haz esta oración
Amado Señor, hoy te doy las gracias por lo que estás haciendo en mí. Aunque no entienda muchas cosas, sé que estás obrando en mi vida. Me rindo ante ti, que se haga tu voluntad y no la mía. En el nombre de Jesús, amén.
soy débil me es difícil seguir los pasos de Jesús, mi ofensa y mi pecado contra Dios me persigue, me frena, pero sigo sigo adelante sin saber cómo y cuando llegaré a lograr dar el paso ya irreversible de seguir a Cristo en cuerpo alma y espíritu osea totalmente, sigo pensando en el tiempo de Dios que es perfecto , que es a su tiempo no en el mío.
¡Hola Luis! La verdad es que todos somos débiles, el único que no fue débil, fue nuestro amado Jesús. Hoy te animamos a continuar adelante, a no desmayar, a no volver atrás. No importa cuántas veces caigas, vuelve a levantarte. Nosotros no somos de los que retroceden, de los que se vuelven atrás y terminan perdiéndose, sino de los que tienen fe y alcanzan la salvación (Hebreos 10:39). Dios está contigo y Él no te dejará. ¡Ánimo! Lo mejor está por venir. ¡Bendiciones!