«Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron».

Juan 20:29 | Reina Valera 1960

Existen muchas cosas en la vida que no vemos, pero las sentimos y creemos, como el hambre, el frío, la fe, el amor.

Somos incrédulos cuando no aceptamos las cosas porque no podemos verlas o por no confiar en una demostración, pero si de algo debemos estar seguros es que aunque no hemos visto a Dios, podemos sentirlo cada día.

Cuando vemos el cielo, cuando sopla la brisa, cuando los fuertes rayos del sol te alcanzan, en cada detalle de nuestro entorno, vemos al Creador.

Yo no he visto a Dios, ni he tocado sus llagas, aun así sé que murió por mí. Sé que me ama porque por amor sufrió por mí, sé que me cuida porque aleja a quien no me conviene, sé que me abraza porque me llena de paz en la tempestad.

Dichosos los que no han visto y aun así creen.

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Padre, yo no te he visto, pero mi corazón te ama. Sé que estas presente en todas las cosas, todo lo que tengo viene de ti, Señor. ¡Gracias porque aunque no te pueda ver, sé que estás obrando en mi vida! Amén.

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Gracias señor por un nuevo comienzo Amén 🙏❤️🙌

Amèn