«Por lo tanto, acéptense unos a otros, tal como Cristo los aceptó a ustedes, para que Dios reciba la gloria».

Romanos 15:7 | Nueva Traducción Viviente

¿Te ha costado aceptar a una persona cercana a ti? Quizás a un familiar o a un hermano en la fe; su hablar, su comportamiento o simplemente el ser diferente, ¿te hace rechazarlo?

Todos hemos pasado o pasaremos por esto en algún momento. Lo importante es saber que Dios nos llama a cambiar y nos lo enseña, de una manera muy especial, a través del apóstol Pablo.

Acéptense o “aceptar”, del original griego, significa “recibir”, propiamente es “conceder acceso al corazón”, es decir, recibir a una persona, aceptarla y concederle acceso dándole un lugar en el corazón.

Cuando rechazamos o no aceptamos a una persona, le estamos negando acceso al corazón, a nuestro tesoro, donde se encuentra lo más importante de nuestra vida: Jesús. Nos negamos a compartir con esa persona la vida que hay en nosotros.

Aceptar a una persona no es fácil, mucho más cuando es totalmente opuesta a nosotros, aceptarla representará un sacrificio, uno que debemos estar dispuestos a pagar. Jesús nos aceptó a pesar de como somos, Él nos amó tanto que nos concedió un acceso a su corazón, y esto lo demostró con un acto de Amor a través de su sacrificio en la cruz.

Lo importante en esta acción no serás tú, tampoco será la persona que aceptes, será el Padre, pues él recibirá la gloria. Así como el sacrificio de Jesús, su máxima expresión fue llevarle gloria al Padre.

Haz esta oración

Padre, tú conoces que me es difícil aceptar a ciertas personas, muchos me han ofendido, otros no te aman, pero te pido perdón por no aceptarlos porque he dejado de glorificar tu nombre. Dame el corazón correcto y permíteme ser como Jesús, quien me aceptó por amor y no porque fuera perfecto. Te amo, Señor. En el nombre de Jesús, amén.

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Dame el corazón correcto y permíteme ser como Jesús, quien me aceptó por amor y no porque fuera perfecto. Te amo, Señor. En el nombre de Jesús, amén.

Amén amén ! Gracias Padre por tu Palabra y esta reflexión edificante la cual me impulsa hacer una introspección en mi ser y visualizar mis áreas que no están alineadas a tu corazón y no me están permitiendo reflejar el sello de todo cristiano,”El Amor”. Ayudarme a renovar cada día mi ser triuno y en especial mi corazón, a cumplir tus mandamientos ,recordandome que debo “Amar al prójimo como a mi misma” (Mateo 22:39). Te lo pido en el nombre de Jesús 🙇