Frutos dignos de arrepentimiento
Demostremos con nuestras acciones, nuestro hablar, nuestra forma de vivir que realmente hay un arrepentimiento en nosotros.
Reflexiona en este versículo
«Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento».
Mateo 3:8 | Nueva Versión Internacional
Cuando recibimos a nuestro Señor Jesucristo en nuestros corazones, su Espíritu Santo desciende sobre nosotros, nos redarguye y nos lleva a arrepentirnos de todos nuestros errores y pecados.
Podemos decir de labios para fuera que estamos arrepentidos de nuestras vieja conducta, pero lo que realmente demostrará nuestro verdadero arrepentimiento son los frutos que estemos dando.
Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza son atributos que conforman el fruto del Espíritu Santo; así que a medida que reflejamos estas cosas, que las trabajamos, podemos decir que hay un verdadero arrepentimiento en nuestro corazón.
Demostremos con nuestras acciones, nuestro hablar, nuestra forma de vivir que realmente hay un arrepentimiento en nosotros; y no para que sea un cambio visible al hombre, sino que aún estando a solas tendremos una actitud idónea sabiendo que nuestro Padre Celestial nos está viendo y es a Él a quien queremos agradar.
Toma un tiempo para orar
Padre amado, hoy te doy gracias por llenarme de tu Espíritu Santo, te entrego las áreas de mi vida donde no estoy dando frutos dignos de un arrepentimiento genuino. Ayúdame a serte fiel y reflejar en todo tiempo el fruto de tu Santo Espíritu. En el nombre de Jesús, amén
