Llévame a la Cruz
Hoy, en medio de lo que estés viviendo, por más difícil que sea, acércate al Señor y dile: –Llévame a la cruz, ayúdame a nunca quitar la mirada de ti.
Reflexiona en este versículo
«Él mismo cargó nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz, para que nosotros podamos estar muertos al pecado y vivir para lo que es recto. Por sus heridas, ustedes son sanados».
1 Pedro 2:24 | Nueva Traducción Viviente
Existen momentos en nuestras vidas donde nos encontramos con diferentes situaciones que atentan contra nuestra salvación. El pecado y las aflicciones, a diario buscan desenfocarnos de nuestra asignación como hijos de Dios, incentivándonos a que accedamos y vivamos sumergidos en este mundo.
Nuestro Señor Jesucristo fue el mayor ejemplo de lealtad al propósito adquirido ante el Padre; por amor a Él y a nosotros, entregó su vida por nuestra salvación mediante el sacrificio en la cruz.
Al resucitar, abrió un camino de salvación para todo el que crea en Él, es por ello que cuando sientas desmayar y las circunstancias te abrumen, recuerda que la cruz es la mayor evidencia de que nuestro Señor Jesús padeció por nosotros, llevando sobre sus hombros nuestra aflicción, otorgándonos la victoria al resucitar de entre los muertos.
Hoy, en medio de lo que estés viviendo, por más difícil que sea, acércate al Señor y dile: –Llévame a la cruz, ayúdame a nunca quitar la mirada de ti. Él no sólo te escuchará, sino que te sustentará con la diestra de su justicia.
Toma un tiempo para orar
Amado Señor Jesús, reconozco que hay momentos donde pierdo las fuerzas, pero hoy vengo ante ti, humillado gracias al sacrifico de la cruz. En ti está mi identidad, el pecado no tiene cabida en mí porque tú reinas en mi corazón. Te doy la gloria. Amén
Que nuestro Dios nos ayude a terminar la carrera firmes. Amén.