«Pero supongamos que ese hijo pecador, a su vez, tiene un hijo que ve la maldad de su padre y decide no llevar esa clase de vida. Ayuda a los pobres, presta dinero sin cobrar interés y obedece todos mis decretos y ordenanzas. Esa persona no morirá por los pecados de su padre; ciertamente vivirá».
Ezequiel 18:14,17 | Nueva Traducción Viviente
La familia, es ese espacio donde crecemos, nos desarrollamos y aprendemos lo bueno y lo malo. No podemos elegir a nuestros padres, hermanos, ni hijos, pero sí podemos decidir vivir nuestro propósito dentro de la familia que tenemos.
Heredamos muchas conductas de nuestros antepasados; sin embargo, tenemos la libertad para dejar aquello aprendido que no nos ayuda a crecer y modificar lo que no edifica.
Dios nos concedió libre albedrío, no estamos obligados a seguir patrones disfuncionales, que son el fundamento de caos y desorden en nuestras familias pasadas.
Si naciste en una buena familia, con buenos fundamentos, principios y valores, ¡da gracias a Dios!, pero si tu familia no es lo que tú deseabas, Dios te coloco allí con el simple propósito de ser un agente de cambio.
A partir de ti, generar una nueva cepa que bendiga la vida de tus familiares y también de las generaciones venideras, es decir, tu descendencia.
No puedes cambiar el pasado, pero si puedes modificar tu presente, y trabajar por un futuro diferente para tu familia.
Haz esta oración
Amado Padre Celestial, gracias por liberarme de los pecados de mis antepasados, rompe toda maldición familiar y dame fuerzas para ser un agente de cambio en mi familia. Quiero amarlos sin juzgar y bendecir sus vidas con mi testimonio. Amén.