Sentados en lugares celestiales
Estamos sentados en lugares celestiales. Jesús, nos llevó a ese lugar de privilegio, inaccesible por nuestros propios méritos, otorgado por su Gracia
Reflexiona en este versículo
«Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús».
Efesios 2:6 | Nueva Traducción Viviente
Vivíamos en la humanidad caída, muertos en nuestros pecados, dependiendo de un rey vencido, en un reino de tinieblas, y que nos conducía hacia un destino de condenación; pero Jesús, el Rey de reyes, llegó para darnos una vida digna, resucitarnos y darnos perdón, ocupar un lugar con el Rey vencedor, en un reino de luz, para conducirnos a un lugar más alto.
Nos dirigió a un lugar alto, por medio de la fe, nos llevó a un lugar de privilegio, inaccesible por nuestros propios méritos, otorgado por medio de su Gracia.
Aquel lugar, está por encima de todo lugar imaginado, está en los «lugares celestiales», es el reino más alto y más sublime que pueda existir jamás.
Allí está situado un trono refulgente, impresionante, imponente y santo, que fue dispuesto para el Rey de reyes, preparado para el gobierno absoluto de aquel que es digno, santo y vencedor: Jesús, el cordero de Dios; pero que por su entera gracia e incomparable humildad, nos hizo entrar, sentarnos y estar unidos con él.
Toma un tiempo para orar
Rey amado y Señor mío, no merecía tanta bondad y tanto amor, pero tú me has dado el privilegio de estar en un lugar alto, unido a ti, reinar contigo y vivir para siempre, por la eternidad, como un príncipe de tu reino. ¡Gracias mi Señor!