Un sueño profundo

«Entonces Dios el Señor hizo que el hombre cayera en un sueño profundo y, mientras este dormía, le sacó una costilla y le cerró la herida».

Génesis 2:21 | Nueva Versión Internacional

Dios, luego de formar a Adán, le dio un lugar (Edén), provisión (árboles frutales), una asignación (cultivar y cuidar) y le dio un mandato (límites), a pesar de esto le faltaba lo idóneo de Dios para él.

Todos tenemos sueños personales que alcanzar, quizás una carrera universitaria, un trabajo, una vivienda, un vehículo, hay mucho que lograr, pero hay algo más que esto, hay un sueño mayor que quiere manifestarse en tu vida.

Hay algo profundo, nada efímero, que va mucho más allá de una casa, trabajo o dinero, que busca marcar la historia de generaciones.

Martin Luther King fue un pastor bautista con un ministerio estable y una congregación hermosa, un día le fue manifiesto el sueño profundo de Dios, que iba más allá de sus cuatro paredes: luchar por los derechos de los afroamericanos. Así lo hizo y hoy muchos disfrutan de este privilegio gracias a que él atendió el sueño idóneo de Dios.

¿Cuál crees que es el sueño idóneo de Dios para tu vida? ¿Hay algo de Dios en ti que se está despertando?

Ese sueño profundo de Dios para tu vida es aquello por lo cual estás aquí. ¡Camina hacia él!

Haz esta oración

Amado Padre, hoy confío en ti todos mis sueños, sé que a su tiempo se manifestarán. A partir de hoy quiero enfocar mi vida en tu sueño, aquello profundo e idóneo que está destinado para mí. Dame la pasión, las fuerzas y todo lo necesario para caminar hacia él. En el nombre de Jesús, amén.