Acento Celestial
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Ahora no entiendes lo que estoy haciendo
Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero te dirijo a un lugar mejor, a una fe inquebrantable, a una voluntad firme para que cumplas tu propósito.
No temas delante de ellos
No temas delante de ellos, los gigantes nunca dejarán de hacer presencia en nuestras vidas. Ellos forman parte de nuestras más grandes victorias en Dios.
Una fe avivada por obras
Una fe avivada por obras debe hablar con amor y respeto; debe dar con manos abiertas; debe vestir al desnudo, dar a comer al hambriento, dar agua al sediento.
Acento Celestial
Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre.
El acento, esa particularidad de nuestra forma de hablar, revela el origen de una persona. Al igual que el acento de Pedro lo delató como galileo y seguidor de Jesús, nuestro modo de expresarnos debe evidenciar nuestra identidad como hijos de Dios.
Como ciudadanos del reino celestial, poseemos un acento celestial que nos distingue. Nuestras palabras deben resonar con la verdad del Evangelio, revelando nuestro carácter cristiano y evangélico. En cada interacción, en el colegio, el hogar, el trabajo o la iglesia, nuestro lenguaje debe ser coherente con nuestra fe.
Cuando nos encontramos en ambientes seculares, nuestro vocabulario debe sobresalir, siendo un testimonio claro de nuestra relación con Cristo. Los demás deben reconocer en nosotros a seguidores de Jesús simplemente al escucharnos hablar.
El Espíritu Santo nos guía para que nuestras palabras sean siempre edificantes y apropiadas. Al hablar conforme al reino de los cielos, nos convertimos en portadores de la luz de Cristo en un mundo oscuro. No temamos compartir la verdad del Evangelio; que nuestro acento celestial sea un faro que ilumine los caminos de otros.
Toma un tiempo para orar
Mi amado Jesús, quiero que mi forma de hablar y actuar refleje quién soy: Tu hijo y un portavoz de Tu mensaje de salvación, en todo tiempo y en todo momento. Por eso Te pido que me ayudes a cambiar mi forma de hablar. Quita de mi boca y de mi mente toda palabra que no tenga el propósito de edificar. Perdóname por cada vez que he dicho cosas que no reflejan Tu verdad y no transmiten Tu amor. Obra en mí, redargúyeme y ayúdame a cambiar mi acento del mundo por el lenguaje celestial. Amén.
Amén amén 🙏