Acrecentará nuestro poder
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Los desafíos
Todos los desafíos que enfrentamos en nuestra vida tienen beneficios. Detrás de cada desafío está la mano de Dios para enseñarnos a confiar en Sus promesas.

El eco de nuestra generosidad
El eco de nuestra generosidad reflejará en nuestras vidas qué tanto estamos siendo instrumentos de bendición en manos de Dios para con otros.

Despertar de la iglesia
Cuando la iglesia se encuentra en un estado de adormecimiento, Dios trae un despertar de la iglesia, un avivamiento para restaurarla y llenarla de propósito.
Acrecentará nuestro poder
«Porque tú eres la gloria de su potencia, Y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder».
La buena voluntad de nuestro amado nos hace crecer, nos lleva a aumentar, siempre su deseo es acrecentar nuestra vida. Ir de menos a más, ese es su fijación para con nosotros sus hijos.
Él no desea que quedemos pequeños, pasmados, enanos espiritualmente hablando; quiere vernos crecer siempre y en todas las áreas.
Su camino, es un camino de aprendizaje contínuo, por lo tanto de crecimiento continuo. No podríamos justificar falta de crecimiento en nuestra vida si Jesús está en el trono de nuestro corazón, si nuestro Padre dirige nuestros pasos y el Espíritu Santo que habita por completo en nosotros nos guía a toda verdad.
Él en nosotros es la esperanza de Gloria. Su Plenitud en nosotros nos lleva siempre y en todo tiempo, a vivir ligados en intimidad con él, produciendo en nosotros una cada vez más profunda hambre y sed de su presencia, la que gestará un mover mayor de su gloria y su poder.
El poder representa en nuestras vidas restauradas por su Amor, un otorgamiento para ejercer a conciencia la autoridad en el plano natural pero sobretodo en el espiritual.
Sólo Él puede acrecentar nuestro poder a ejercer aquí en la tierra. No es de nuestra facultad ni debido a nuestros méritos, ni experiencias, es por Él y conforme a Su voluntad.
Lo que nos compete a nosotros es persistir, es vivir apegados a Él, y de Él será el acrecentar su poder en nosotros.
Menguar, humillarse, postrarse, son sinónimos de «menos», es decir, morir ó renunciar al yo, y es justo ahí donde Él como Dios todopoderoso se glorifica y multiplica en nosotros su grandeza, su majestad, su gloria. Nosotros disminuimos, Él se acrecienta. Nosotros morimos, Él vive. Nosotros menguamos, Él se exalta.
Toma un tiempo para orar
Papá, hoy vengo a postrarme ante Ti, rindiendo todo lo que soy. Deseo con todo mi corazón crecer en Tus caminos, mi Señor. Por eso me humillo ante el trono de Tu gracia y Te pido que me ayudes a menguar para que Tú crezcas en mí. Hoy Te pido que tomes más de mí y me des más de Ti. Gracias por lo que harás en mi vida. Amén.