Alza ahora tus ojos
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Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida.
Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida. Él es la Luz de los hombres. Todo aquel que se acerca a Jesús, será iluminado por su Amor y su Gracia.
Por su infinita misericordia
Nuestra vida tiene por delante, capítulos por ser escritos, nuevas oportunidades para hacerlo mejor, pero nunca olvidemos que es por su infinita misericordia
Incienso agradable
Nuestro incienso agradable es anhelado por el Padre, mucho más de lo que nosotros le anhelamos a Él. Nuestro Padre siempre nos espera en el lugar íntimo.
Alza ahora tus ojos
Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente.
Abram, había llegado a una etapa de su vida, un lugar al que había llegado por la pura bondad de Dios. Solo por la ayuda del Señor, Abram estaba en una etapa de reinicio. Él había visto la mano del Todopoderoso obrar a su favor, pero aún faltaba mucho más por ver.
Abram le pertenecía a Dios. Lo más importante en su vida era el Señor. Y hasta ahora había visto un poco de lo que Dios tenía para él. Habían cosas mayores, aunque para el momento de recibir esta palabra de parte de Dios, las cosas aparentemente parecían menores.
Lot se había separado de Abram, y consigo se habría llevado la supuesta mejor parte de un trato. Lot había escogido la parte del Jordan que era rica en agua y vegetación. Abram le había quedado un desierta seco y aparentemente sin futuro. Y es aquí donde debemos reconocer que es mejor tener un desierto con Dios, que un lugar fructífero sin él.
Si tú hoy es un desierto, y aparentemente no ves nada bueno, solo pregúntate si Dios está contigo. Si Él está contigo, entonces no es hora de lamentarse. No es tiempo de estar a gachas, con la mirada abajo. No es tiempo para darle lugar a la desesperanza, a la incertidumbre, a la angustia. No es tiempo para darle lugar al dolor, rencor y cualquier tipo de emociones. No es tiempo de exaltar la aflicción, el problema, la situación, la enfermedad. Todo lo contrario…
Es tiempo de alzar la mirada. Es tiempo de ver más allá de donde estamos hoy. Es tiempo de poner la mirada en Cristo Jesús, el autor y consumador de nuestra fe. Es tiempo de ver desde el lugar de donde estamos, hacia el lugar donde Jesús nos ha destinado llegar.
Él tiene un plan. Tu hoy no es tu final. Alza tus ojos y mira a través de sus promesas.
Toma un tiempo para orar
Mi Dios amado, gracias por esta hermosa palabra que hoy me recuerda que es mejor un desierto contigo que una tierra fértil sin Ti. Padre, desde hoy quiero caminar en fe y alzar mi mirada hacia Ti, mi Cristo, confiando en que Tú estás obrando en medio de mi desierto. Oro derribando toda duda, temor, preocupación y todo aquello que va en contra de mi fe en Ti, Señor. Hoy caen las vendas de mis ojos y comienzo a ver con los ojos de la fe, en el nombre de Jesús. Amén.