Con todo alabare a Jehová
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Los desafíos
Todos los desafíos que enfrentamos en nuestra vida tienen beneficios. Detrás de cada desafío está la mano de Dios para enseñarnos a confiar en Sus promesas.

El eco de nuestra generosidad
El eco de nuestra generosidad reflejará en nuestras vidas qué tanto estamos siendo instrumentos de bendición en manos de Dios para con otros.

Despertar de la iglesia
Cuando la iglesia se encuentra en un estado de adormecimiento, Dios trae un despertar de la iglesia, un avivamiento para restaurarla y llenarla de propósito.
Con todo alabare a Jehová
Aunque no den higos las higueras, ni den uvas las viñas ni aceitunas los olivos; aunque no haya en nuestros campos nada que cosechar; aunque no tengamos vacas ni ovejas, siempre te alabaré con alegría porque tú eres mi salvador.
El profeta Habacuc nos deja un mensaje muy hermoso pero también retador. Es hermoso porque suena poético y hasta heroico el hecho de poder adorar a Dios en medio de cualquier tipo de circunstancias que estemos viviendo. Nos dice que, aún cuando no haya nada en nuestra casa, debemos estar dispuesto a adorador con alegría, no con molestia, no con recelo o resentimiento, sino con alegría.
Es aquí donde está la parte retadora, porque es sencillo adorar a Dios con alegría cuando estamos sanos, cuando hay alimento en casa, cuando nuestra familia o nuestro matrimonio están bien, cuando las finanzas están de maravilla. En fin, es fácil adorar a Dios en el tiempo de las vacas gordas.
¿Pero qué pasa en el tiempo de las vacas flacas? ¿Podemos adorar a Dios con alegría? O ¿comienza el tiempo de los porqués? ¿Por qué si yo te sirvo? ¿Por qué si soy tu hijo? ¿Por qué si siempre estoy orando? ¿Por qué si cumplo tu palabra?
Y la verdad no es fácil adorar a Dios en los tiempos cuando las cosas no están bien. El mismo profeta Habacuc, antes de escribir este hermoso verso, se encontraba en un momento de lamento y queja contra Dios, pues era un tiempo terrible para Judá. El mal se había multiplicado a causa de la idolatría y, aparentemente, los malvados eran prosperados y Dios no hacía nada.
Es en este tipo de situaciones cuando comenzamos a preguntarle a Dios por qué… en lugar de adorarle, nos volvemos jueces de nuestro Señor y se nos olvida que sus caminos y sus pensamientos son mejores que los nuestros, que sus planes son de bien y no para mal, que su voluntad es buena agradable y perfecta.
¿Pero qué llevó a Habacuc a decirle al Señor que lo alabaría con alegría sin importar lo que estuviese pasando? El Señor le hizo entender que el justo, por la fe, vivirá… Habacuc 2:4.
Por la fe en un Dios que es omnisciente, omnipresente y omnipotente, que no se le escapa nada de lo que sucede en su creación. Un Dios que es justo y que hará justicia a cada uno según su forma de proceder y de actuar. Un Dios que tiene cuidado de sus hijos y que nos dice: «No teman, manada pequeña, porque a Él le plació darnos el Reino de los cielos».
Lo que Dios quiere que veamos es que, sin importar lo que hoy vivamos, Él está con nosotros y tiene cuidado de nosotros. Por eso el salmista dijo: «Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová» Salmo 27:13-14.
Así que, no hay mejor momento para la alabar a Dios que ahora, en medio de la abundancia, la escasez, la tristeza o la alegría. ¡Alabemos a nuestros Dios con gozo, en todo tiempo y en todo momento!
Toma un tiempo para orar
Padre te amo, hoy te doy gracias por tu bondad y misericordia. Le pido a tu Espíritu Santo que me enseñe a adorarte y alabarte en todo tiempo y en todo momento. Quita de mi corazón la amargura y la tristeza. Hoy sé que siempre tienes el control, por eso quiero adorarte con gozo por el resto de mi vida, en el nombre de Jesús. Amén.