Dios bendice y honra al diligente

Dios bendice y honra al diligente, y lo convierte en una fuente de motivación e influencia para ejercer orden, valentía, continuidad, pulcritud, rectitud…
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Devoiconal: ¿Sabios o necios?

¿Sabios o necios?

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Devocional: Dios bendice y honra al diligente

Dios bendice y honra al diligente

Proverbios 12:27 (NTV)

«Los perezosos ni siquiera cocinan la presa que han atrapado, pero los diligentes aprovechan todo lo que encuentran».

La negligencia es un mal real y cotidiano en una vida desordenada y desorientada. La falta de orden y enfoque, ímpetu y determinación, suelen castigar a la propia vida con los látigos de la negligencia.

Esta actúa de manera solapada pero sin escrúpulos. La negligencia destruye poco a poco el fruto de los talentos de aquellos que le permiten formar parte de sus vidas. Ella es un mala compañía para el viaje de la vida, pues nos conduce a la miseria, a la pobreza, al dolor, a la mentira, al infortunio.

Abrazar la negligencia, es abrazar la firme decisión de ser blandos, irresponsables e inadecuados en cualquier aspecto de la vida. Podríamos encontrar miles de excusas para justificar nuestra vida negligente, pero la pura verdad, es que ser negligente viene a ser una vida que no valora en la tierra lo que se le otorga desde el cielo. Lamentablemente, esto le llevará a los augurios de la pobreza y la miseria.

Somos hijos de Dios a través de Jesús y su acto redentor. Este acto vino deshacer todas las obras del diablo, y la negligencia no es una excepción. Vivir como hijos de Dios, nos inclina a ser diligentes, pues nos alinea a un diseño perfecto que nos permite vivir cumpliendo propósitos y valorando cada momento de la vida que se nos otorga.

El diligente es aquel que aprovecha cada momento para hacer el bien, lo correcto, lo responsable, lo verdadero, lo justo, lo apropiado. Es el diligente que saca una vida, una familia, un hogar, una organización, una nación adelante.

Dios bendice y honra al diligente, y lo convierte en una fuente de motivación e influencia para ejercer orden, valentía, continuidad, pulcritud, rectitud, prosperidad.  El diligente hace que todo lo que recibe en sus manos, sea colocado en mayor y mejor estado, o por lo menos mantenido en la misma condición con cuidado y atención.

El diligente aprovecha cada oportunidad, pues entiende que la vida no da oportunidades todos los días, y estas son dádivas divinas que deben aprovecharse con el mayor grado de responsabilidad posible, con el compromiso necesario y en el mejor tiempo dispuesto.

Actuemos con diligencia en cualquier aspecto de la vida. Cumplamos nuestra palabra. Actuemos con compromiso. Seamos responsables. Dios bendice y honra al diligente.

Toma unos minutos para orar

Padre Celestial, a través de Jesús y su sacrificio en la cruz haz roto toda obra de maldad en mi vida, incluyendo la negligencia. Hoy renuncio a la negligencia en cualquier aspecto de mi vida y abrazo el diseño tuyo, la diligencia. Perdóname por las oportunidades que he perdido por no haber sido diligente y ayuda a aprovechar con responsabilidad y compromiso, las oportunidades que vendrán. En el nombre de Jesús, amén.

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