Frutos visibles de un corazón invisible

Las acciones siempre reflejarán los frutos visibles de un corazón invisible. Siempre seremos coherentes a nuestro depósito, a lo que somos, a nuestro tesoro…
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Devocional: Una fe avivada por obras

Una fe avivada por obras

Una fe avivada por obras debe hablar con amor y respeto; debe dar con manos abiertas; debe vestir al desnudo, dar a comer al hambriento, dar agua al sediento.

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Frutos visibles de un corazón invisible

Mateo 7:16 (PDT)

«Ustedes los reconocerán por la clase de fruto que den. El bien no viene de la gente mala, así como las uvas no se recogen de los espinos, ni los higos se recogen de los cardos».

Las apariencias jamas podrán ocultar la verdad interior. No hay disfraz en el mundo capaz de camuflar lo intimo del corazón. Tarde o temprano, se dejará ver el corazón a través de los frutos, es decir, a través de las acciones.

Nuestras acciones siempre serán correspondientes al depósito que tenemos, a lo que somos, a nuestro tesoro interior, a lo que disponemos en nuestro corazón. Daremos de lo que tenemos. Nunca podremos dar algo que no tenemos. 

Es fácil conocernos, ya que nuestras acciones hablarán por sí mismas. Ellas mostrarán dónde está nuestro enfoque. Preocuparnos en gran parte por vernos bien, oler bien, lucir bien, caer bien a los ojos de los que nos rodean, habla de nuestra preocupación exterior, pero no significa que nuestro interior esté atendido de la misma manera.

Si trabajamos en lo exterior para agradar solo a los que están alrededor, es posible que estemos ignorando a nuestro Creador, que quiere que trabajemos en pro de nuestro interior, pues su mirada no está puesta en lo que mira el hombre (exterior), Él mira el corazón (interior). 

Aunque ciertamente nuestra apariencia externa debe ser atendida y debemos ser responsables en este sentido, debemos procurar hacerlo apegado al consejo bíblico dado por el apóstol Pedro cuando dice: 

[3] No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. [4] En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios. (1 Pedro 3:3-4 NTV)

Darle prioridad a nuestro corazón (lo interior), traerá frutos de incalculable valor en nuestras vidas. Producirá una belleza de un espíritu tierno y sereno, pero sobretodo que es muy precioso a los ojos de Dios.

Demos a nuestro Señor el derecho de obrar y labrar la tierra de nuestro ser interior, para que las semillas de su inmensurable Amor germinen, crezcan y pronto veamos el fruto agradable a Dios en nosotros y para bendición de nosotros.  

Toma un tiempo para orar

Padre, gracias por esta palabra que hoy impartes a mi vida. Te pido perdón si he descuidado mi interior por poner toda mi atención en lo exterior. Hoy te abro mi corazón para que lo escudriñes, me muestres y me ayudes a quitar todas esas cosas que a ti no te agradan. A partir de hoy quiero dar frutos que reflejen un corazón limpio y agradable a ti. En el nombre de Jesús, amén.

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Amén ciertamente este devocional fue de bendición para mi , Dios siempre tiene una palabra oportuna para mí vida,