Usando las armas correctas
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Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida.
Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida. Él es la Luz de los hombres. Todo aquel que se acerca a Jesús, será iluminado por su Amor y su Gracia.
Por su infinita misericordia
Nuestra vida tiene por delante, capítulos por ser escritos, nuevas oportunidades para hacerlo mejor, pero nunca olvidemos que es por su infinita misericordia
Incienso agradable
Nuestro incienso agradable es anhelado por el Padre, mucho más de lo que nosotros le anhelamos a Él. Nuestro Padre siempre nos espera en el lugar íntimo.
Usando las armas correctas
«[3] Sí, es cierto, vivimos en este mundo, pero nunca actuamos como el mundo para ganar nuestras batallas. [4] Para destruir las fortalezas del mal, no empleamos armas humanas, sino las armas del poder de Dios».
El sistema de este mundo nos insta en medio de los problemas y las desavenencias, a actuar con nuestras propias fuerzas y con nuestras armas. Armas mejor descritas a la luz de la Palabra como armas carnales, que atentan contra nuestro bienestar personal, familiar y contra nuestro ecosistema.
Al usar nuestras armas, nuestras armas carnales, nunca ganamos, siempre perdemos; tratando de ser fuertes aplicando nuestro arsenal nos debilitamos, fracturamos nuestro propósito, amenazamos nuestro destino ¿Por qué? porque nosotros nunca tendremos la capacidad de producir bienestar en medio de situaciones difíciles.
Definir cuáles armas usamos, es un tema de conciencia y dependencia. Conciencia para conocer y entender las armas que nos conviene usar en un momento determinado. Dependencia, para acudir al Espíritu Santo y no a nuestro yo, al momento de librar las batallas para ejercer las armas correctas.
Ganar o perder nuestras batallas, dependerá en mucho de con cuáles armas las peleamos. Jamás podremos tener victorias honrosas con armas dehonrosas. Nuestras batallas nunca podrán ganarse con armas carnales.
Las armas carnales dañan, quiebran y derrumban personas. Las armas espirituales ganan, restauran y edifican personas. Jesús ganó en 33 años con armas espirituales, lo que los hombres no pudieron ganar durante miles de años con armas carnales. Las armas carnales son infructuosas. Las armas espirituales son provechosas.
No militamos como milita este mundo. La corriente del mundo nos empuja a obrar en nuestras fuerzas y nuestra alma. El reino de Dios nos lleva a obrar con la dirección del Espíritu y abrazado a sus promesas.
El mundo va hundido cada vez más en su maldad por las armas que emplea. Manifiestas son sus obras delante de nosotros y sus frutos conllevan cada vez más al odio. Es una plena batalla entre la carne que quiere establecer justicia y el Espíritu que quiere establecer amor.
El carnal ó el espiritual. ¿Cuál somos hoy? El carnal grita, ofende y hiere a la persona. El espiritual ora, intercede y ayuna por la persona. El carnal se defiende y ataca. El espiritual pide perdón y restaura. El carnal por su orgullo, nunca se retracta. El espiritual por la humildad, pide perdón aún cuando no sea el culpable.
El reino de nuestro Padre nos ha dado armas con poder de Dios para que ejerzamos control de nuestros lugares de asignación. Donde obra el poder de Dios hay vida; el Espíritu de Dios obra transformación y ahí se manifiesta la unción del Todopoderoso.
Militemos con conciencia y ejerzamos con prudencia acciones con las armas correctas. Somos seres espirituales, guiados por un Espíritu diez veces mayor. Dependamos de él para poder obrar conforme las armas que nos ha entregado.
Toma unos minutos para orar
Padre, hoy renuncio a mi deseo de usar las armas carnales, hacer las cosas con mis propias fuerzas, y tomo la decisión de apegarme a tu Espíritu Santo para ser guiado a usar las armas espirituales que me nos has dado en tu Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
Somos seres espirituales. Dios nos ayude a obrar y ejercer siempre, las armas espirituales que ha puesto a nuestra disposición.