Todos los desafíos que enfrentamos en nuestra vida tienen beneficios. Detrás de cada desafío está la mano de Dios para enseñarnos a confiar en Sus promesas.
El eco de nuestra generosidad reflejará en nuestras vidas qué tanto estamos siendo instrumentos de bendición en manos de Dios para con otros.
Cuando la iglesia se encuentra en un estado de adormecimiento, Dios trae un despertar de la iglesia, un avivamiento para restaurarla y llenarla de propósito.
El arrebatamiento de la iglesia es la más importante y anhelada profecía, y esta puede ocurrir en cualquier momento.
¿Te has preguntado por qué hay plantas que crecen y dan flores tan rápido y otras tardan más tiempo en florecer? La respuesta está en si tiene raíces profundas.
Nadie puede o tiene el poder para producir milagros; somos los instrumentos o canales, pero el único que provoca milagros es Dios. ¿Quieres un milagro?
Jesús nos enseñó la importancia de perseverar en la oración; no solamente orando por lo material, sino a preocuparnos por la vida eterna y por su regreso.
Todo el que oye la voz de Dios se le compara con una persona prudente que decidió construir su vida sobre la roca que es Cristo.
Cuando Dios nos busca y nos enamora, genera en nosotros la necesidad de buscarlo y tener una relación con Él. Necesitamos vivir buscando el reino de Dios.
¿Sabías que estás siendo formado para servir a Dios? Somos una obra de arte única y original que Dios formó para cumplir su propósito en el tiempo correcto.
¿Qué te controla? Los pensamientos generan palabras, las palabras generan acciones y las acciones generan hábitos que finalmente producen consecuencias.
Las personas que oraban por Pedro tuvieron una impresión errada de la intervención de Dios a causa de estar en la posición incorrecta.
Lo que no queremos conocer de Dios, puede hacernos caer en ignorancia, provocando muerte y destrucción en nuestra vida; necesitamos reconocer su naturaleza.
